martes, 18 de noviembre de 2014

jueves, 6 de noviembre de 2014

La cuenta atrás ha comenzado


  No había visto nunca dos partidos políticos que, con su forma de proceder, hagan una campaña tan perfecta y de forma gratuita a un tercer partido, hasta el punto de colocarlo en primera posición en las encuestas de intención de voto. Esos dos primeros partidos a los que me refiero seguro que piensan que es sólo eso, “intención”; pero como ha recogido como 'eslogan' una famosa marca de botas, “un largo viaje empieza con un paso”.
     Estaba un día en una rueda de prensa y un alto cargo político comentó “vamos a perder las elecciones, pero no porque los otros lo hagan bien, sino porque nosotros lo hemos hecho demasiado mal”. Me pregunto si, acaso, es así como se ganan elecciones. No sé si todas, pero, desde luego, las próximas creo que podría afirmarse que es cierto.
     El caso es que los partidos españoles, sin excepción, hablan sobre la necesidad de un cambio (quizá, como se decía antes, para que nada cambie). Sin embargo, ninguno hace nada en ese sentido.
     Obama, el jefe de Estado más importante del mundo, ha enfatizado “os he oído”. Sí, pero tarde, cuando el Congreso y el Senado de su país son del signo contrario al partido que representa. Aquí nadie parece escuchar, y el caso es que se ha dicho todo a voz en grito en manifestaciones y huelgas.
     Es penoso que un político mienta en su programa electoral y que, una vez ganadas las elecciones, haga lo contrario de lo dicho. Aquella magnífica frase de Suárez “puedo prometer y prometo”, se ha convertido ahora en “puedo prometer, pero no  me comprometo”.
     Precisamente, eso es lo que hace falta en España, gente que se comprometa. Personas que no sólo digan que sobran aforados, sino que eliminen ese peligroso privilegio y otros muchos de la clase política, que tanto daño están haciendo a las personas honestas de este país (que son la mayoría), y esa mayoría es la que decide.
     Hace falta entrar de lleno contra la corrupción, dar una mayor libertad y medios al sistema judicial, eliminar escandalosos privilegios, disminuir el número de políticos que viven de lo público, restituir los principios del sistema democrático, los derechos sociales, garantizar la Educación, la Sanidad gratuita, etc.
    Todo esto son cosas que los políticos saben perfectamente, al igual que saben que la cuenta atrás ha comenzado.


Concha Cano