El fin del mundo




Imagínate que con esto del fin del mundo los ladrones y corruptos, que son los únicos que tienen la pasta gansa para poder hacerlo, se lanzan en un cohete al espacio sideral dirección a Marte (GPS en mano) y no vuelven nunca más, porque no les queda combustible.

 

Luego están los ‘salvacionistas’, creo que los llaman así, y son, fundamentalmente, estadounidenses curtidos en guerras de las galaxias y ‘armageddones’ por la mano del celuloide, que han aprendido a ponerse a salvo de todo, armados hasta los dientes, metidos en bunker envueltos por una gruesa capa de cemento, y con un montón de latas de conserva.

 

Con estos sólo habría que tener la precaución de replantar los olivos lejos de ellos para que ninguna paloma pueda llevarles la ramita.

 

¡Menudo favor nos habrían hecho los Mayas a la gente de a pie! de un plumazo nos habrían quitado un enorme peso de encima. Entonces sí que podríamos decir paz en la tierra a los hombres y mujeres de buena voluntad, que es lo que quedaría después de la anunciada hecatombe .

 

Y a disfrutar.

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